Uso de Ticagrelor a largo plazo en pacientes con infarto de miocardio

Esta semana se publicó en el New England Journal of Medicine  un estudio randomizado doble ciego que incluyó 21162 pacientes en 31 países, el Pegasus-Timi 54, que tuvo como hipótesis que el uso a largo plazo de ticagrelor junto con bajas dosis de aspirina (75-150 mg/dia) reduce el riesgo de eventos adversos cardiovasculares en pacientes estables con antecedentes de infarto de miocardio  y que concluyó que en pacientes con infarto de miocardio previo el uso de ticagrelor redujo significativamente el riesgo de muerte de causa cardiovascular, infarto de miocardio o stroke a expensas de un riesgo aumentado de sangrado.

El estudio, publicado por el Dr. Bonaca y colaboradores incorporó al azar a los pacientes en tres grupos: uno en el cual recibieron ticagrelor 90 mg dos veces por día, otro que recibió ticagrelor 60 veces por día y un último grupo que recibió placebo.  Los pacientes tenían que tener antecedentes de haber padecido un infarto de miocardio uno a tres años antes de ingresar en el trial y por lo menos uno de los siguientes factores de riesgo: 65 años o mas, diabetes mellitus que requiera medicación, un segundo infarto de miocardio espontáneo, enfermedad coronaria en múltiples vasos o disfunción renal crónica. Los criterios de exclusión fueron el uso de antagonistas de los receptores P2Y12, dipiridamol, cilostazolo terapia anticoagulante durante el desarrollo del estudio. Ademas tampoco se incluyeron pacientes con historia de sangrado, stroke isquémico o hemorragia intracraneal, tumor del sistema nervioso central o anormalidad vascular intracraneal o si tuvieron sangrado intestinal en los últimos 6 meses o cirugía mayor dentro de los últimos 30 días.  La media de seguimiento fue de 1,7 años y los resultados de eficacia del ticagrelor, en cualquiera de sus dosis, redujeron la incidencia de muerte cardiovascular, infarto y stroke (ticagrelor 90 mg/día vs placebo, p=0.008 y ticagrelor 60 mg/día vs. placebo, p=0.004). No hubo diferencias en la incidencia de revascularizaciones de urgencia, hospitalización por angina inestable o accidente cerebrovascular transitorio.  Además los autores no encontraron heterogeneidad aparente en la eficacia del ticagrelor en cualquiera de sus dosis cuando evaluaron el riesgo de padecer el evento en los subgrupos de edad, sexo, raza, peso, tipo de infarto de miocardio, tiempo desde el infarto hasta la randomización, antecedentes de angioplastia, presencia o ausencia de diabetes, presencia o ausencia de enfermedad coronaria en múltiples vasos, de enfermedad renal, dosis de aspirina o diferencias geográficas.

Con respecto a la seguridad la incidencia de sangrado mayor (TIMI) fue mas alta en los grupos que utilizaron ticagrelor (ambos grupos con p<0.001 a favor del placebo). La incidencia de sangrado menor, sangrado que requirió transfusión y sangrado que requirió discontinuar al paciente del estudio también fue mayor en los grupos que recibieron ticagrelor, estadísticamente significativa. La incidencia de sangrado intracraneal fatal o no fatal no difirió entre los tres grupos. Fue de importancia el grado de discontinuación de la droga debido a la disnea (18,9% en el grupo de 90 mg/día, 15,8% en el grupo 60 mg y 6,4% en placebo, p<0.001 para ambas comparaciones), que comenzó tempranamente al comienzo de la terapia. Los autores comparan estos resultados con los del PLATO trial y justifican la alta incidencia de abandono de tratamiento debido a la disnea en que su grupo de pacientes era estable, cosa que no justificaba la aparición de ese síntoma (en el PLATO trial los pacientes fueron enrolados si tenían un síndrome coronario agudo).

Para leer el artículo original hacer click aquí, en la misma revista, el New England Journal of Medicine, se publicó un editorial al respecto, aquí.

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